Estamos ya a la mitad de la fase de grupos en Rusia 2018 y la Copa del Mundo ya nos ha regalado emociones, decepciones, sorpresas y mucho futbol. Apenas hemos tenido una probadita de todas las selecciones y el camino hacia el campeonato comienza a tejerse poco a poco, en busca de un sucesor que se haga acreedor del trofeo más codiciado del planeta.
Rusia nos ha dado mucho de qué hablar durante los últimos siete días, comenzando por un anfitrión que ha llenado las redes de goles y que se coloca momentáneamente como la mejor selección de la justa internacional. Una selección cuyas expectativas estaban si acaso en un peleado segundo lugar de grupo y que ahora tienen a toda su población, extendida a lo largo de 17 millones de kilómetros, de pie y esperanzada no solo de ser buenos “hosts”, sino de dar un Mundial para el recuerdo.
Pero no hemos tenido a esa selección que domine en las canchas, no ha surgido un sólido candidato o un equipo que nos haya enamorado. La verdad es que estamos siendo testigos de uno de los mundiales más competitivos de los últimos años, con pocos goles y partidos muy cerrados que han podido torcer a favor del que sea.
España no brilla y lo vemos lejos de aquel futbol que mostró hace 8 años. Brasil luce desabrido y su Neymar-dependencia no lo ha hecho deslumbrar al mundo como se esperaba. Alemania quedó aturdido por un aguerrido México que expuso sus debilidades. Portugal es Cristiano Ronaldo y 10 más. Francia cumple, metiendo un gol y sabiéndolo defender, pero no muestra ese desequilibrio que esperábamos con ese equipo joven que tiene. Si acaso, solamente Bélgica ha demostrado ese poderío ofensivo que tiene con Hazard, Lukaku y Mertens y ha logrado convencernos de ser un gran candidato que está para pelear por todo.
Pero en general, las potencias no han despertado y surge la especulación de que habrá más sorpresas a lo largo de la competencia en Rusia. Sorpresas que ilusionan a naciones enteras con conseguir la gloria y desilusionan a otras con sólo obtener el fracaso. Sorpresas como la victoria de Senegal que quiere dejar al continente africano en alto. Sorpresas como la eliminación de Perú y de Egipto en tan solo dos fechas, equipos que le daban un saborcito extra al torneo. Sorpresas como la del grupo D, con una Argentina con pie y medio fuera del Mundial, y una Croacia que no le teme a nada ni nadie. Sorpresas como la de México, que nos hace celebrar como nunca lo habíamos hecho en nuestras vidas, esperanzados por hacer el mundial que nos merecemos y dejar huella en los libros de historia de este hermoso deporte.
Aún falta mucho camino por forjar en este mundial, muchas más anécdotas que contar, emociones que vivir y magia que ver. La Copa del Mundo nos ha hecho suspirar, disfrutar y alentar. Sigamos cantando y apoyar a los nuestros, porque hoy más que nunca tenemos las razones para hacerlos.
Nuestra selección apenas lleva un partido en Rusia y no hay que confiarnos todavía, sin embargo, hoy más que nunca hay que creer. Creer que en los mundiales se puede dar el campanazo. Creer que no solo fue “una chiripa” y que con esfuerzo y buen futbol estamos para ganarle al que se nos ponga enfrente. Creer que no solo tenemos la mejor afición, sino que además la mejor selección que jamás hayamos tenido. Creer en Juan Carlos Osorio y los 23 guerreros. Creer en México.
Dejemos a un lado el “sí se puede”, porque ya no somos equipo chico y demostremos en la cancha, en las tribunas y en todo el país que venimos a dejarlo todo. Vayamos paso a paso, primero se nos viene Corea, luego Suecia y luego el que se nos ponga encima. No le tengamos miedo a ningún rival, no nos achiquemos por la historia que tenga el de en frente, no pensemos que somos menos y salgamos a la cancha a sudar la camiseta y dejarlo todo por este enorme país. Apoyemos, cantemos, emocionémosnos, lloremos, y confiemos que todo es posible porque no somos cualquiera, ¡somos MÉXICO! Y venimos a hacer historia.
Si todavía no metes tu quiniela, VISITA La quiniela del jefe en este momento y hazlo.