Por Gastón Lombardi
Concuerdo con Benjamin Franklin, quien decía: “cuida tus pequeños gastos, ya que un pequeño agujero puede hundir grandes barcos”. Hemos crecido en una cultura reacia a los ahorros, donde se nos ha enseñado a gastar por gastar y a creer que nos hace falta tener el último modelo del iPhone para permanecer actualizado o los nuevos zapatos Adidas para poder correr un maratón. Nos han enseñado a gastar, pero no a ahorrar. Y, menos, a lo más importante: saber cómo emplear nuestros recursos para generar más y después poder gastar más.
Después han surgido grandes estrategias de mercadotecnia como un gran enemigo llamado “el señor de los meses sin intereses”. ¿A quién no le gusta lo más sencillo? ¿Por qué esperar a tener dinero para comprar algo que no me alcanza si puedo comprarlo hoy y pagarlo de aquí a dos años? En base a estas preguntas me gustaría analizar qué es más conveniente. ¿Comprar una televisión nueva hoy y pagarla en 12 meses, o ahorrar 12 meses y comprar la televisión después? Seguramente pensaste en comprarla hoy y pagarla en doce meses, pero temo decirte que, desde mi punto de vista, ninguna de las dos es lo más conveniente.
Lo más inteligente sería ahorrar esos 12 meses o el tiempo que quieras para invertir en un activo que te deje el dinero para comprar la televisión y seguir generando ingresos con ese mismo activo (en términos prácticos, un activo pone dinero en tu bolsa y un pasivo saca dinero de tu bolsa). Puedes invertir desde en una máquina dispensadora de refrescos y ponerla en un corporativo, hasta en un bien inmueble y rentarlo. Aquí ya es cuestión del ingenio y capacidad de cada uno. Aunque claro, este es el camino difícil y el que menos nos gusta.
Aquí te dejo 5 tips para volver más eficientes tus gastos y poder “ahorrar” más.
Trata de aumentar tus ingresos.
Por ejemplo, pídele comisión a un amigo que tenga una empresa consolidada y sal a vender sus productos con tus conocidos.
Pon un negocio propio.
Es un plan a largo plazo pero recuerda: los hombres que mueven montañas, comienzan cargando pequeñas piedras. Paciencia, disciplina y perseverancia.
Evita los meses sin intereses.
Estos sólo son válidos para comprar una acción a futuro. Por ejemplo, si quieres ir de viaje en el verano, puedes pagar tu viaje a 6 meses sin intereses en enero e irte de viaje en julio ya con todo pagado. Así evitas descapitalizarte.
Cultívate.
Toma cursos, aprende. Si no dispones de tanto tiempo puedes leer una infinidad de libros, ver tutoriales en YouTube o incluso escuchar audiolibros mientras vas en el tráfico de camino a la oficina. No seas de los que dice “no tengo tiempo” y ha visto la mayoría de las series de Netflix.
Págate a ti primero.
Si tienes un sueldo al mes, lo recomendable es ahorrar una parte de eso (un 20% estaría bien), paga tus gastos, consiéntete con alguna cosa que te guste y que te motive a seguir trabajando. Pero si no pagas ese ahorro al principio, probablemente al final de la quincena no te quede ni un peso.
Gastar más de lo que tenemos nos puede causar problemas, tanto económicos como emocionales. Recuerda siempre tener una estructura. Y si no sabes en qué estás gastando puedes hacer como cuando subes de peso sin razón: anota en qué gastas cada centavo durante un mes para poder analizar dónde están las fugas que causan esos dolores de cabeza.
Regla de oro: no gastes más de lo que ganas.
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