No es NADA común escuchar que un niño corrió un maratón. Menos, que lo haya logrado en un tiempo de 3 horas 32 minutos después de haber superado una leucemia. Esta es la historia de Nate Viands, el niño estadounidense que cruzó la meta del maratón de Baltimore un año después de su última quimioterapia.
Cuando Nate estaba por cumplir 4 años empezó a tener síntomas extraños. Después de varios estudios, los médicos dieron con lo que el niño tenía: leucemia. Unas de las recomendaciones de los doctores fueron que Nate pasara tiempo fuera de casa, hiciera ejercicio moderado y se recargara de la energía de la naturaleza. En un inicio él andaba en bicicleta y Scott, su padre, lo seguía corriendo. Sin embargo, no fue hasta que un día a Scott se le olvidó meter la bici al coche cuando el niño descubrió su pasión por correr.
Ese día, para la sorpresa tanto de Nate como de Scott, el niño pudo seguir el ritmo de su padre (un corredor habitual). A partir de ahí, Nate no ha dejado de correr y cada día se vuelve mejor.
Aquí la historia completa de este héroe.
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Foto de portada Hannah Yoon