Las lecciones más valiosas de mis 28 ¡Feliz cumpleaños a mí!

Hoy que es mi cumpleaños comparto contigo este texto que en un principio no pensaba publicar. Después me acordé que si tienes algo que decirle al mundo nada te debe de frenar. Espero que lo disfrutes tanto como yo disfrute escribiéndolo.

*No está de sobra decir que lo que está aquí plasmado son conclusiones a las que YO he llegado por lo que YO he vivido y por lo que YO he percibido. Así que se vale que no estés de acuerdo conmigo.

Cumplir años SIEMPRE es positivo

No sé qué nos pasa a los seres humanos (sobretodo a las mujeres) que nos da una ansiedad tremenda tener un año más. Me acuerdo cuando cumplí 25 y me sentía como de 72 ¡Qué tontería! Cumplir años es, o debería de ser, una de las cosas más gratificantes que existen. Mientras pasa el tiempo te vas conociendo mejor, descubres nuevas pasiones, vas al alcanzando más metas, tienes más claro qué es lo que quieres y , por lo mismo, tu realización personal va incrementando. Cada año que nos regala la vida está lleno de un sin fin de nuevas oportunidades y sorpresas. Estoy convencida de que mi vida ( y la de cualquier persona) siempre es motivo de celebración y, por lo mismo, he decidido que mi cumpleaños es y será mi día favorito de cada año que me quede por vivir. Recuerda que la mejor edad SIEMPRE es la que tienes y que lo importante es enfocarnos en los sueños que cumplimos y no en los años.

A veces es necesario fracasar profesionalmente para poder realizarte

En febrero mi mundo laboral se puso de cabeza. No sólo perdí uno de los proyectos en los que más había trabajado en mi vida, también, personas a las que admiraba y quería, me dejaron claro que no siempre todo es recíproco y que cuando hay dinero de por medio, los intereses cambian por completo. Gracias a esa traición me di cuenta de que aunque en el momento no entendemos por qué pasan las cosas siempre tienen una razón de ser y que la única manera de encontrar dicho porqué es mirando hacia atrás. Que cuando parece que el mundo está de cabeza solo se está acomodando y, sobretodo, que a veces la vida nos hace el favor de quitarnos a gente y situaciones que simplemente están bloqueando nuestro camino. Nunca creí decir esto pero hoy, casi un año después de lo ocurrido, estoy agradecida con lo que pasó.

Romper con la rutina puede ser igual de satisfactorio que cumplirla a la perfección

Todos sabemos que ponernos horarios, planificar nuestras actividades y tener buenos hábitos nos da mucha estabilidad y, por lo mismo, el tiempo nos rinde mucho más. Sin embargo, creo que a veces es necesario romper con tanto orden para poder encontrarnos otra vez. ¿A qué me refiero con esto? Es mucho más probable que te suceda algo diferente si te expones a situaciones distintas. No te estoy diciendo que vivas al día haciendo lo que te da la gana (si quieres hacerlo adelante), solo que a veces es bueno darte un break, tomarte un tiempo para ti y escaparte a algún lugar que te haga feliz. El año pasado, decidí de un día a otro irme a Madrid 10 días. Al principio estaba nerviosa por el trabajo y todos los “pendientes” que dejaba en México. Una vez que estuve ahí y empecé a disfrutar me di cuenta de que ver a viejos amigos, comer delicioso y despeinarnos mientras bailamos puede ser la mejor medicina para el alma. Que volver a algún lugar donde algún día fuiste feliz puede darte una dosis de energía inmensa y que a veces uno necesita perderse para volver a encontrarse. Esos 10 días en mi ciudad favorita del mundo me recordaron que la felicidad SIEMPRE está al alcance de nuestras manos y que lo más importante para sentirnos llenos es saber disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Que la gran mayoría de las veces, las respuestas a nuestras preguntas están dentro de nosotros y que mirar tu realidad desde fuera te da otra perspectiva totalmente diferente. Gracias a este viaje aprendí que la mejor compañía puedo ser yo misma y que a veces es necesario desconectarse para volver a conectar con los demás, con la vida y, sobretodo, con uno mismo.

La única manera de encontrar la paz es teniendo una fuerte vida espiritual

Me encanta estar en control de mi vida y de las situaciones que se me presentan. Por lo mismo, cada vez que pasaba por algún momento difícil, creyendo que yo podía con todo, acudía a a mi espiritualidad como última opción… ¡QUE ERROR! Por ahí de mayo me entró una crisis existencial que se me salía de las manos. Lo típico: me sentía estancada en mis relaciones personales, no veía frutos en mi trabajo, mi mente me atacaba con millones de preguntas sobre mi futuro, mi pasado no me dejaba avanzar y era imposible concentrarme en el presente. Cuando ya no podía más (les digo que siempre pido ayuda hasta el final) acudí a una persona que a sido mi guía espiritual por más de 10 años y a quien considero uno de los más grandes regalos que la vida me ha dado. Después de platicar con ella decidí hacer un proceso espiritual de casi dos meses bastante fuerte. Me atrevo a decir que ese proceso ha sido la experiencia MÁS increíble que he vivido en mi vida. Descubrí que Dios es amor, que él siempre perdona y que para él no hay imposibles. Que es importante perdonar y perdonarnos para seguir adelante. Que creer en algo le da sentido a nuestra existencia y que lo más importante para hablar con Dios es estar en silencio. Cuando quieras algo no dudes en pedírselo a Dios (sea cual sea el dios que sigas), confía, ten fe y ve como, si es bueno para ti, SÍ se cumple. Dios es AMOR y el amor es la fuerza que mueve todo y nuestra única razón de existir.

Es importantísimo saber qué es lo que estoy sintiendo y darle nombre a mis sentimientos

Uno de mis guilty pleasures es hablar durante horas (literalmente) con mi mejor amiga. Me encanta porque empezamos hablando de la boda del día de antes y acabamos preguntándonos si lo que estamos viviendo es solo un sueño de la vida real (por darles un ejemplo). Después de analizar varias de nuestras pláticas llegue a una conclusión: casi siempre que hablamos alguna de las dos decía frases como “ no se qué me pasa”, “siento algo rarísimo”,  “traigo un nudo y no se por qué”, “estoy como fuera de mí”, “ya no sé ni lo que siento”, “estoy rara”, “no sé explicarte porque no entiendo que está pasando”. Después de ver esto me di cuenta de que gran parte de nuestras inquietudes vienen porque no sabemos qué es lo que estamos sintiendo. A veces creemos que estamos enojadas y en realidad estamos triste, cuantas veces nos ha pasado que pensamos que estamos enamoradas y simplemente estamos ilusionadas. Creo que es BÁSICO saber qué es lo que estamos sintiendo para después poder sacarle el mayor de los provechos a ese sentimiento (sí, todos los sentimientos pueden traernos cosas positivas) y así, darle sentido a las distintas situaciones que nos va presentando la vida. El primer paso es reconocer qué es lo que estamos sintiendo, para después aceptarlo y, finalmente, abrazarlo.

Hay que centrarnos en tomar decisiones a largo y no a corto plazo

Me considero una persona impulsiva y apasionada. Estas dos características han traído cosas increíbles a mi vida perooooo también me han puesto en situaciones nada agradables. Muchas veces me pasaba que me preguntaba “¿cómo llegue hasta aquí?”, “¿en qué momento hice tal?”, “¿Cómo le hago para regresar el tiempo y hacer las cosas diferentes?”. Después de varios azotones y de darme cuenta de que lo hecho hecho está, me fije que la gran mayoría de las veces tomaba decisiones a corto y no a largo plazo. Es decir, me dejaba llevar y solo satisfacía mis necesidades al momento, sin darme cuenta de cómo me afectaría eso en un futuro. Una vez que me cayó el veinte de lo anterior empecé a tomar mis decisiones con conciencia. ¿Cómo? Hay que tener muy claro qué es lo que queremos y hasta dónde queremos llegar en la vida. Una vez que tengamos resuelto lo anterior lo único que debemos de hacer antes de tomar una decisión es preguntarnos si lo que estamos decidiendo nos acerca a eso. Claro que hay mil veces que mis impulsos me siguen ganando y no pasa nada, de los errores siempre se aprende. Pero en serio, hazme caso cuando te digo que si adoptas esta filosofía de vida te sentirás mucho más pleno. Recuerda que si somos coherentes con lo que pensamos y hacemos nuestra conciencia está tranquila y eso, amigos, es la verdadera paz.

Estoy en constante evolución y crecimiento, por lo mismo tengo que trabajar en mi persona todos los días

Después de avanzar mucho en mi crecimiento personal me entró una época en que me sentía invencible. Obviamente al poquito tiempo me estampé y duro. Así como ya había aprendido que trabajar en uno mismo es una de las mayores satisfacciones que existen todavía no me daba cuenta de que alcanzar la mejor versión de nosotros mismo es una chamba de todos los días. Gracias a lo anterior, me gusta empezar mi día un con una pequeña oración de agradecimiento seguida de esta afirmación: “me amo, me acepto, soy suficiente, puedo con todo y decido con amor. Sigo trabajando cada minuto en convertirme en alguien mejor.”

Es necesario hacer paz con el pasado para disfrutar el presente

Muchas veces nos pasamos el día sufriendo por las cosas que hemos hecho o vivido en nuestro pasado. ERROR. Hay que ponerle punto final a los sentimientos de culpa, reproche, remordimiento y venganza. La mala noticia: en esta vida no hay vuelta atrás, no podemos cambiar como sucedieron las cosas. La buena: cada día es una nueva oportunidad para cambiar el destino de nuestras vidas. Así que deja de darle vueltas, suelta, supera, confía y perdónate. Acuérdate que la vida no para de sorprendernos y que a veces lo único que necesitamos es confiar en sus tiempos y ritmos. Es en serio, la vida SÍ es grandiosa.

Todas las personas con las que nos topamos llegan por alguna razón a nuestras vidas

Creo que nada en la vida es una coincidencia, mucho menos las personas con las que nos topamos en el camino. Cada una de ellas tiene una misión en nuestras vidas y, aunque a veces se vayan y no entendamos por qué, seguramente es porque ya cumplieron con nosotros. A veces ellos nos vienen a enseñar cosas, otra veces somos nosotros los maestros. El punto es que mientras estén en tu vida los disfrutes al máximo pero también sepas soltar cuando su tiempo en tu historia haya terminado.

Si quieres ser más feliz, sé una persona agradecida

Una persona agradecida es una persona consciente, que sabe disfrutar de la vida y que aprecia los pequeños detalles que dan sentido a nuestra existencia. La gratitud es sinónimos de humildad y cuando abrimos su puerta cosas maravillosas siguen llegando a nuestras vidas. Hay que estar agradecidos con todo lo que se nos da y estar con los brazos abiertos para seguir dando y recibiendo.

Con todo lo anterior dicho no me queda más que agradecer a a mis 28. Gracias por ser un año lleno de crecimiento, de enseñanzas, de aventuras y de oportunidades. Por los 365 días que me hicieron valorar y amar más a la vida. Gracias a todas aquellas personas que están en mi vida. A los que llegaron, a los que se fueron y a los quedaron. Gracias por todo lo que recibí y también por todo lo que dí. Por los éxitos, los fracasos y los trancazos. Gracias a mi vieja yo por despedirse y darle espacio a mi nueva yo para tomar el control de mi existencia. A todo lo que me hizo gritar, llorar, sonreír, bailar, soñar… SENTIR. Gracias a Dios y a la vida, por pensar que merezco y por darme la oportunidad de cumplir un año más de vida. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS A MI!

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