Cuando sientes que tu relación se disuelve en el alcohol , cuando tu pareja se va “de jarra”, cuando “esas copas” de más te lastiman, ¿qué pasa?
De acuerdo a las estadísticas, la incompatibilidad en los hábitos de bebida entre las parejas es una causa importante de conflicto. Aquí los datos duros:
- Si la mujer es la bebedora empedernida, el índice de divorcio es del 27%
- Si el hombre es el bebedor el índice es del 13%
- Si ambos lo son el índice es del 17%
Como verás, el alcohol es un disolvente, pero más allá de disolver relaciones disuelve esas cosas de la vida que nos hieren, nos chocan, nos golpean, y nos recuerdan las partes de la realidad que preferiríamos ver esfumarse como el vaho en un cristal.
Y quizá es por eso que el bebedor bebe y al sobrio le molesta tanto “la jarra” del otro. Y también quizás es eso lo que desata conflicto, porque ver al otro en la jarra es una alarma que nos anuncia:
- Que no es tan feliz como dice, y como quisiéramos que fuera.
- Que algo le lastima de la vida, que no logra sanar.
- Que no somos capaces de llenar todos sus vacíos, por más que lo amemos.
- Que no tenemos control sobre sus acciones, ni su vida .
- Que no podemos borrarle sus miedos.
- Que no podemos hacerle olvidar sus inhibiciones, ni hacerlo bailar, cantar y divertirse con la varita mágica de nuestro encanto.
- Que no podemos marearlo y hacerlo volar tan sólo con nuestros besos.
Esto es parte de la realidad, la realidad que a todos nos duele y, por más que amemos a alguien, no podemos cambiar la suya. Lo que sí podemos es aceptar la nuestra, y cuando escuchemos la alarma, en vez de apagarla con un shot intentemos crear y buscar nuevas realidades.