El día que decidí cerrar mis redes sociales

La verdad es que la decisión no la tomé en un día. Espero que nadie nunca tome decisiones en un día, no es ni buena idea ni se los aconsejo. O sea que no les voy a contar sobre el día específico en que cerré mis redes sociales porque los mato de la aburrida; ese día no pasó nada interesante más que eso, cerrar las cuentas.

El asunto se remonta a unos cuantos meses, años, atrás. Se inaugura el “feis” en tu pubertad. Te parece un mega hit. Ahora puedes ver las fotos de todos tus amigos con brackets, granos y enormes narices disfrutando el antro y las fiestas de 15 (sí, así éramos los pubertos en ese entonces, para nada teníamos la piel lisa y el pelo brilloso).

La cosa va evolucionando. Puedes likear fotos, compartir videos, bloquear gente, hacer grupos, poner status, whatnot, el mundo es tu tablero. Unos añitos después sale Twitter, ¡wow! Puedes seguir noticias para estar al tiro de lo que pasa en el mundo cada minuto de tu día, porque nada puede esperar. Además deli, no tienes que leer más de tres renglones.

Sale Instagram, Snapchat, Vine, el famoso “Whatsupp” de las tías, LinkedIn, en fin, todas las que ya conocemos. ¿Y qué pasa? Tus redes sociales empiezan a servirte para todo, menos para socializar.

En menos de lo que te das cuenta tu día se vuelve así:

Despertador / Instagram / Baño / Vestirte / Refresh / Facebook / Le picas a la foto / La likeó una niña que te cae pésimo / Profile de la niña que te cae pésimo / Tiene novio / Te ardes / Lo stalkeas / Decides que la neta no está tan guapo y que más vale sola que mal acompañada / Ves fotos de su familia / Stalkeas un poco más / Ya pasó una hora / Trabajas / Refresheas mil veces tus redes / Sales a comer / Subes una Insta Story / Stalkeas las Insta Stories de los demás / Quieres stalkear a alguien más / Tiene su cuenta bloqueada / Dudas si mandarle o no un request / Te das oso a ti misma por ser tan stalker / Comes / Haces ejercicio / Te metes a la cama / Pierdes dos horas en la misma actividad de stalkear / No socializaste con nadie ni aportaste nada nuevo a tu conocimiento y cultura / Duermes.

Me di cuenta de esta triste y rarísima realidad hace mucho tiempo. Comenté el punto mil veces y estuve a punto de cerrar mis redes otras mil más. El repele de las selfies, la pérdida de tiempo de obsesionarte con la vida de los demás. Mis amigas y cercanos me callaban con un “la neta es súper útil para ver noticias”, o “hay chistes y videos buenísimos”.

¡Mentira! En el fondo de su corazón, saben que usan sus redes para tres actividades:

  • Stalkear
  • Tener envidia de los bienes ajenos
  • Presumir lo propio
¿En serio les gustaría que sus hijos, reales o hipotéticos, hicieran de estas tres sus actividades favoritas?

No estoy condenando las redes sociales, sino el mal uso que hacemos de ellas. Si te identificas con todo lo que has leído hasta ahorita, no lo pienses más y bórralas. Que no te dé FOMO, no te estás perdiendo de absolutamente nada. De las cosas importantes te enteras rápido y los buenos contenidos no los vas a encontrar ahí.

Si quieren ver noticias, lean los periódicos. Si se quieren reír, busquen buena comedia (les recomiendo ver Seinfeld o Friends todas las veces que su estado de ánimo lo necesite). Si quieren disfrutar a sus amigos, salgan al campo, caminen y platiquen. Si quieren crecer interiormente, dejen de dar alimento a su ego, de arruinar sus ojos con una pantalla; levanten la cara y socialicen con el mundo de verdad.

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