Hagamos cosas chingonas

Sin lugar a duda este Mundial ha tenido más altibajos que cualquier otro que yo recuerde. Ha sido uno lleno de sorpresas, de goles, de pronósticos reservados y de arraigar la creencia de que cualquiera le puede ganar a cualquiera.

Se ha terminado la fase de grupos y 16 equipos ya han empacado sus maletas para regresar a casa a terminar de ver el Mundial desde el sofá. Alemania fue la gran sorpresa, no solamente por su eliminación prematura, sino también por haber quedado en último lugar de su grupo. Polonia, considerado el “caballo negro”, llegaba con las expectativas en alto como una de las cabezas de serie y también partió como última de su grupo. Egipto no sólo tenía la ilusión de representar a su país, si no a todo un continente (con un Mohamed Salah que prometía ser protagonista de esta Copa del Mundo) y regresa a casa en penúltimo lugar, sin haber conseguido un solo punto, entre llantos y desilusiones. Otros como Islandia, Senegal, Perú, y Serbia saben que tienen una deuda enorme hacia su país.

Sin embargo, algunos de los equipos que se van de Rusia lo hacen con la frente en alto, sabiendo que lo dieron todo y que jugaron un Mundial digno. Tal es el caso de Irán que estuvo a punto de dar el campanazo y que mostró un futbol que hizo temblar a españoles y portugueses. O de Túnez, que sabía que clasificar era una hazaña imposible y aún así se quedó muy cerca de empatarle a Inglaterra y mostró sus habilidades en la cancha ante sus tres rivales. O de Corea, quien se va con la frente en alto, derrotando a la actual campeona del mundo, y dando alegrías más allá de su propia nación.

Pero la historia continúa para el resto y, por unas cosas u otras, nosotros estamos en ese grupo selecto. Y aunque el día de ayer la suerte jugó a nuestro favor, México está en octavos porque le ganó a Corea y a Alemania, no por méritos de otros. Que deje de ser una constante el demeritar nuestros logros y atribuírselos a los demás; comencemos a darnos cuenta de lo que podemos ser capaces y de lo que hemos demostrado en esta fase de grupos.

Tuvimos un mal partido señoras y señores, eso es todo, pero los mexicanos siempre somos muy duros para la crítica y tenemos muy poca memoria, nos encanta vivir de los hechos del momento y no reflexionamos sobre el gran Mundial que hemos hecho hasta el momento. Solamente cinco selecciones se clasificaron con más puntos que nosotros, CINCO, y ahí vamos a criticar de nuevo a Osorio, a echarle tierra a los jugadores, a restarnos méritos, a criticar y a volver a dejar de creer. Abran los ojos y siéntanse orgullosos carajo, que no todos los días se le gana al campeón y se llega por séptima vez consecutiva a los octavos de final.

El lunes tenemos una oportunidad de oro de hacer historia, y ganarle a Brasil no es algo nuevo para nosotros, ni algo que debemos catalogar como imposible. Salgamos y démoslo todo en la cancha, en la tribuna, y en todo el país. Alentemos, cantemos, y tengamos fe. Estamos ante una de las mejores generaciones de futbolistas que ha tenido México y claro que somos capaces de vencer a los cariocas y buscar más en Rusia. Descansemos con la frente en alto México, sin temor y con esperanza, porque yo estoy seguro que ¡VAMOS A GANAR!

No sólo imaginemos cosas chingonas, pues ya vimos que eso solo causó tensión y nerviosismo en los nuestros. Mejor vivamos partido a partido, minuto a minuto, balón a balón, y dejemos el alma en Samara. Lo que se venga después será otra historia, vivamos el momento, disfrutémoslo, y enfoquémonos en el partido de este lunes. México está para más, de eso estoy seguro, así que ya basta de solo imaginar… ¡hagamos cosas chingonas!

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