Regina Cantú, estudiante de gastronomía, nos cuenta acerca el consumo de insectos. Según ella, éstos podrían ser la opción más sustentable para alimentarnos en un futuro. Aquí su reflexión:
¿Se dan cuenta que la tecnología ha aumentado de manera exponencial el consumismo? El problema es que no nos detenemos a pensar hasta qué punto el consumo humano seguirá siendo sostenible. Siento decirlo pero al final llegará un punto en el que será necesario elegir ciertos productos para poder vivir. Por eso, desde ahora deberíamos recurrir a la “selección a conciencia”. Te explico de qué se trata y por qué creo que los insectos serán parte de éste tipo de selección.
¿Selección a conciencia?
Debería ser nuestra responsabilidad elegir SIEMPRE productos que sean sustentables. Vivimos con prisa y muchas veces dejamos de cuestionarnos la procedencia de lo que compramos. Incluso hay casos en los que llegamos a comprar por presión social. Al final, lo que habla más de nosotros, no es el seleccionar aquel artículo de nuestra preferencia, sino decidir con conciencia cómo vamos a satisfacer nuestras necesidades fisiológicas. Debemos tener empatía ambiental y seleccionar lo que consumimos con conciencia.
¿El problema?
No necesitamos ser genios para deducir que el incremento de la ingesta proteica crece por la demanda comercial hasta el punto de convertirse en un problema. Y no, la solución no es dejar de comer proteína. Es obvio que la proteína complementa el funcionamiento vital natural de los seres humanos.
Si bien sabemos, la carne de especie animal es una de las alternativas hiperproteicas contemporáneas. Sin embargo, el costo de ser una de las pocas opciones para obtener este nutriente es demasiado alto. Entonces, ¿no deberíamos de encontrar otra opción?
La respuesta: Insectos
No soy la única que se ha preguntado, “¿qué pasa con los insectos?”. La ingesta de insectos es una alternativa sostenible. Los insectos siempre han estado presentes en la dieta humana y muchos hemos escuchado la infinidad de ventajas nutricionales que tienen. Un insecto va más allá de ser una fuente alta en proteína, también es rico en grasas, vitaminas, fibra y minerales. Y si hablamos específicamente de proteína, su aportación puede ser similar o incluso superior al del pollo o la carne de cerdo. Ya ni hablo más sobre las ventajas productivas (y sostenibles) que tienen porque no terminaría.
Pero, ¿por qué la idea de comer insectos es tan desagradable? Suena raro, aún así recuerda que anteriormente otras fuentes de proteína (incluyendo la carne animal) se consideraron extrañas en su momento.
La entomofagia (ingesta de insectos) una de las opciones culinarias más demandadas
Te encantará saber que la entomofagia se ha convertido en una de las opciones con más demanda en la mayoría de los países. Existen más de 1.681 especies de insectos comestibles en el mundo. Y en México la ingesta de insectos caracteriza su gastronomía pues hay alrededor de 548 especies aptas para comer. No sorprende que en territorio mexicano se consuman con frecuencia, principalmente en los estados del centro, sur y sureste del país.
Las especies típicas que encontrarás en México: Escamoles, chapulines, gusanos de maguey, hormigas chicatanas, ahuautles, jumiles, chinicuiles, entre otros.
¿Ves? Después de todo no creo que sea tan lejana la opción de sustituir carne por insectos. Probablemente es tiempo de comenzar a replantear nuestra dieta e incorporar bichos a nuestras comidas. O más bien, aplicar en general la selección a conciencia. Es ecológico, nutritivo y quién sabe…incluso hasta podría resultar delicioso.
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En l a antiguedad solian ser un alimento comun utilizado en nuestro pais, creo que la ingesta de cualquier cosa tiene que ser a conciencia evitar ver a lo vivo como un producto y darle su valor interesarnos realmente por el origen de lo que consumismos y hacerlo de una forma empatica con el medio y la naturaleza para poder estar en equilibrio y simbiosis con nuestro planeta… Este articulo sin duda me parece una puerta que nos puede llevar a una forma nueva e interesante de adaptacion del ser humano regresando a sus origenes.