Cinco mentiras autodestructivas que nos decimos

La honestidad es un reto porque la vida es compleja, las relaciones se ponen tensas, la soledad se arrastra hacia adentro y, a veces, simplemente sentimos la necesidad de curvear la verdad para sobrellevar el día.

Pero tarde o temprano las cosas se muestran como son, y el encubrimiento sólo dificultará nuestro crecimiento y nuestras relaciones. Atrévete a mirarte de frente, libera a la verdad y camina ligero.

Aquí 5 mentiras autodestructivas que generalmente nos decimos.
  • Estoy Bien. Aceptar que hay áreas que requieren de renovación, más allá del momentáneo susto que ocasiona, nos da la oportunidad de pedir ayuda y recibirla.
  • Nadie se enterará. Nada más falso que el anonimato. Tú lo sabes, tu cuerpo lo registra, tu mente te traiciona, te castigas inconscientemente, te boicoteas. Sufres.
  • Nadie saldrá lastimado. Las ramificaciones de un acto van mucho más allá de lo que salta a simple vista. Cada palabra y cada acción provocan dolor o bienestar a una larga cadena de personas, incluyéndote.
  • Así soy yo, y qué. El camino más usado para lidiar con un patrón destructivo es considerar que forma parte de lo que somos, y que no hay remedio. Esta creencia nos roba el poder de transformación. Afortunadamente es mentira, somos seres en movimiento y podemos evolucionar.
  • Eso lo puedo hacer mañana. Mañana diré la verdad, mañana será mejor, mañana llegaré, mañana escucharé la voz que me susurra al oído… cuando me miro al espejo y me dice: “hoy es un buen día para vivir con alegría y sentir la paz”. ¿Hoy o mañana?

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